COVID-19: Orientaciones para comunicar sobre la enfermedad por el coronavirus 2019

"La comunicación de riesgos abarca todas las cuestiones básicas de la comunicación para la salud, pero difiere de ella en la necesidad de velocidad y la dependencia de la confianza. En los momentos de crisis, se insta a los líderes a que den una respuesta rápida, sentida y confiable. El público quiere saber qué se conoce, qué se está haciendo al respecto y lo que ellos pueden o deben hacer.”

En consecuencia, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) / Organización Mundial de la Salud (OMS) han desarrollado esta guía para ayudar a los líderes de la región de las Américas a comunicarse sobre la enfermedad por coronavirus 2019 de una manera veraz, oportuna, clara, concisa, coherente y empática. El proceso debe hacerse utilizando principios básicos de la comunicación de riesgos para establecer y mantener la confianza pública y resolver las expectativas de los ciudadanos durante lo que puede describirse como una situación extremadamente adversa durante un período prolongado.

Debido al hecho de que hay muchas incógnitas asociadas con este virus en particular, la OPS señala que, el primer diagnóstico de COVID-19 en un país, probablemente generará una demanda inmediata, intensa y sostenida de información por parte del público, los proveedores de atención médica, los encargados de formular políticas y los medios de comunicación. De hecho, los trabajadores de la salud y el personal de salud pública pueden necesitar capacitación para manejar las relaciones con los medios y la comunicación de riesgos. Con ese fin, la OPS ha estado trabajando para fortalecer las habilidades de comunicación en torno a COVID-19. Por ejemplo, del 27 al 28 de febrero de 2020, 25 participantes del Ministerio de Salud (MoH) y otras agencias relacionadas con la salud en México, participaron en un taller sobre comunicación de riesgos, que también se transmitió virtualmente a través del canal de Pulso Epidemiológico del Ministerio de Salud, llegando a casi 1,000 participantes virtuales en 32 estados mexicanos.

La OPS señala que la coordinación en la elaboración y divulgación de información entre todas las organizaciones responsables, los socios internacionales y los funcionarios de salud, es fundamental para ayudar a evitar la confusión que puede socavar la confianza pública, aumentar el miedo y la ansiedad e impedir las medidas de respuesta. Esta guía proporciona una serie de lineamientos en ese sentido:

Conceptos fundamentales de la comunicación de riesgos: entre ellos están la confianza y la credibilidad, vitales para que el público crea la información que le proporciona por ejemplo, el Ministro de Salud u otras autoridades, y actúe en consecuencia; el anuncio temprano, que genera confianza, reduce los rumores y, en consecuencia, puede salvar vidas; la transparencia; y la planificación de la comunicación como parte de un plan o de una estrategia más amplia delineada mucho antes de que sea necesaria.

Metas de comunicación generales para el brote del COVID-19: por ejemplo, mantener la credibilidad y la confianza del público en las autoridades proporcionando información correcta y con base científica, pero reconociendo las incertidumbres, con honestidad, conocimiento y compromiso.

Hipótesis y consideraciones fundamentales: por ejemplo, el hecho de que las redes sociales multiplicarán de manera exponencial la presión y la demanda de información, y asimismo ampliarán enormemente la posibilidad de que la transmisión de información incorrecta y de rumores se difunda rápidamente.

Mensajes: para evitar confusiones ante la llegada inicial de casos, prevenir la propagación de la enfermedad y generar confianza en la respuesta de las autoridades, los mensajes que se comuniquen al público deben ser oportunos, precisos, simples, relevantes y pertinentes (ver COVID-19: Materiales de comunicación - https://www.comminit.com/la/content/covid-19-materiales-de-comunicaci%C…) 

En conclusión: “Proteger la salud y prevenir muertes que podemos evitar es la misión que nos convoca a todos. Una comunicación oportuna y transparente, con información correcta y basada en evidencias, pero también honesta y franca, con empatía y comprensión por las preocupaciones del público, será fundamental para que las personas conozcan los riesgos de la COVID-19 y sigan las recomendaciones de las autoridades para proteger su salud y la de sus seres queridos.”